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El avance vertiginoso de la tecnología ha transformado profundamente la forma en que interactuamos con el dinero, facilitando pagos online, transacciones instantáneas y servicios financieros más accesibles. Sin embargo, esta digitalización también ha abierto la puerta a nuevas modalidades de fraude, desde el robo de datos de tarjetas en transacciones online hasta la creación de sitios web fraudulentos diseñados para engañar a los usuarios. Estas amenazas, junto con otras formas tradicionales de fraude, representan un desafío creciente para las instituciones financieras y los consumidores.
Con cifras alarmantes que posicionan a EE. UU. como el país con el mayor porcentaje de pérdidas por fraude en comparación con el resto del mundo, es evidente que las estrategias actuales para prevenirlo no son suficientes. Este panorama plantea preguntas críticas: ¿Qué factores explican esta alta incidencia de fraude en EE. UU.? ¿Qué podemos aprender de otras regiones, como Europa, que han logrado reducir significativamente este problema?
En este artículo, analizaremos las estadísticas más recientes sobre el fraude en pagos, exploraremos las principales causas detrás de esta problemática y destacaremos las tecnologías emergentes que pueden convertirse en aliados clave para las instituciones bancarias.
Datos sobre el fraude bancario en EE. UU. y a nivel global
Según la investigación It’s a Fraudster’s World, las pérdidas globales por fraude ascienden a 211.000 millones de dólares, destacando que uno de cada cinco adultos (21 %) ha sido víctima de alguna forma de estafa en los últimos tres años.
Uno de los tipos de fraude más comunes es el relacionado con los pagos, especialmente el fraude con tarjetas. McKinsey proyecta que las pérdidas globales por fraude con tarjetas de pago alcanzarán los 400.000 millones de dólares en la próxima década. Dentro de este contexto, el fraude de pagos autorizados por transferencia (authorized push payment fraud) se espera que crezca a una tasa anual compuesta (CAGR) del 11 % hasta 2027, lo que resalta el desafío que enfrentan los sistemas financieros en todo el mundo.
En este tipo de fraude, el caso de Estados Unidos destaca de manera negativa:
- En 2023, las pérdidas por fraude con tarjetas en el país alcanzaron los 14,32 mil millones de dólares, representando más del 42 % de las pérdidas globales.
- Las tarjetas emitidas en EE. UU. solo representan una cuarta parte del volumen total de tarjetas a nivel mundial, según el Nilson Report.
- Las pérdidas en EE. UU. fueron de 11,01 centavos por cada $100 de volumen de tarjetas, casi el doble del promedio global de 6,58 centavos.
Factores que explican el alto porcentaje de fraude en EE. UU
El elevado porcentaje de fraude en Estados Unidos, en comparación con otras regiones, se debe a una combinación de factores estructurales, tecnológicos y regulatorios.
Predominio de transacciones CNP (card-not-present)
El volumen de transacciones CNP ha crecido de manera significativa. Según un estudio de PULSE de 2021, estas transacciones aumentaron un 23 % y ahora representan un tercio de las transacciones con débito en EE. UU.
Estas transacciones, utilizadas principalmente en el comercio electrónico, carecen de medidas de seguridad robustas, como la autenticación mediante chip que protege las transacciones en persona. Esto las convierte en un objetivo atractivo para los defraudadores, quienes pueden utilizar datos robados de tarjetas para realizar compras online sin la necesidad de autenticar físicamente la identidad del titular.
Impacto del crecimiento del e-commerce en la vulnerabilidad al fraude
El comercio electrónico sigue siendo uno de los principales impulsores del uso de transacciones CNP, lo que incrementa la vulnerabilidad al fraude. Según Precedence Research, el tamaño global del mercado de comercio electrónico superó los 16,29 billones de dólares en 2023, y se espera que aumente hasta 75,12 billones de dólares en 2034.
Según McKinsey, las transacciones CNP continúan aumentando debido a la preferencia de los consumidores por compras online rápidas y convenientes. Sin embargo, esta expansión no ha sido acompañada por una adopción masiva de medidas de seguridad avanzadas, lo que deja importantes brechas de seguridad en el sistema.
Falta de medidas como las adoptadas en otras regiones
En comparación con Europa, donde la Directiva de Servicios de Pago 2 (PSD2) y su requisito de Autenticación Reforzada del Cliente (SCA) han reducido significativamente el fraude en pagos online, Estados Unidos no cuenta con un equivalente directo a esta regulación.
Aunque existen iniciativas y leyes que promueven la protección del consumidor y la seguridad de los datos, como GLBA, CCPA y CFPB, el marco regulatorio estadounidense sigue siendo más fragmentado y menos robusto en la lucha contra el fraude.
Por ejemplo:
- Open Banking: A diferencia de Europa, donde PSD2 obliga a las instituciones financieras a permitir el acceso a datos mediante APIs seguras, en EE. UU. esta práctica depende principalmente de la iniciativa individual de los bancos y no está respaldada por un mandato regulatorio.
- Autenticación y protección de pagos: Mientras que PSD2 exige autenticación multifactorial para todas las transacciones electrónicas, en EE. UU. no hay una normativa equivalente que obligue a implementar medidas similares de manera uniforme.
Este enfoque fragmentado deja a los consumidores y comerciantes con protecciones inconsistentes frente al fraude. Además, aunque existen avances tecnológicos en el ecosistema de pagos estadounidense, como la introducción de redes de pagos en tiempo real (real-time payments) y el auge de las fintech, estas innovaciones no han sido acompañadas por una regulación uniforme que garantice seguridad y confianza en todo el sistema.
Medidas actuales contra el fraude en EE. UU.
Estados Unidos ha implementado diversas estrategias para combatir el fraude en pagos, aunque estas han demostrado ser limitadas frente a la magnitud del problema.
Una de las medidas más significativas ha sido la introducción del chip EMV (Europay, MasterCard y Visa), que ha reducido de manera efectiva el fraude en transacciones presenciales al dificultar la clonación de tarjetas. Sin embargo, esta tecnología no aborda el creciente problema de las transacciones CNP, que representan una proporción importante del fraude actual.
En el ámbito regulatorio, Estados Unidos cuenta con leyes e iniciativas destinadas a la protección del consumidor y la seguridad de los datos. Por ejemplo:
- Gramm-Leach-Bliley (GLBA): exige que las instituciones financieras expliquen sus prácticas de intercambio de datos y protejan la información financiera de sus clientes.
- Consumer Financial Protection Bureau (CFPB): garantiza la transparencia y la protección de los derechos de los consumidores en los servicios financieros.
Sin embargo, estas regulaciones no son tan específicas ni uniformes como las medidas adoptadas en otras regiones. Si bien algunas iniciativas estatales han introducido estándares más altos en términos de privacidad y protección de datos, estas no están específicamente diseñadas para abordar el fraude en pagos y no se aplican en todo el país.
Lecciones de Europa: el impacto del PSD2 y SCA
Implementada en 2018, la PSD2 busca fomentar la competencia e innovación en el sector financiero, al tiempo que refuerza la protección del consumidor. Uno de sus elementos más destacados es la SCA, que exige la autenticación de las transacciones mediante al menos dos de tres factores: algo que el usuario sabe, posee o es.
Estas medidas han demostrado ser eficaces para reducir el fraude y fortalecer la confianza en los pagos digitales.
Ejemplos exitosos de reducción de fraude en la UE
Las medidas introducidas por la PSD2 han demostrado ser efectivas. Según datos del informe de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), el fraude en las transferencias de crédito se ha reducido a solo el 0.0008% del valor total de las transacciones, mientras que las transacciones con tarjetas presentan una tasa de fraude del 0.029% en valor. Además, durante el periodo de migración a la SCA entre 2020 y 2021, la tasa de fraude en pagos con tarjeta se redujo entre un 40% y un 60%.
Un caso destacado es la disminución del fraude en pagos remotos con tarjeta, que se atribuye directamente a la implementación de la SCA por proveedores de servicios de pago y comercios online. En 2022, la SCA fue aplicada en el 70% de las transferencias remotas y en el 36% de las transacciones con tarjeta remotas, lo que ha contribuido a una mayor seguridad en el comercio electrónico.
Posibilidades de aplicar medidas similares en EE. UU.
Aunque Estados Unidos no cuenta con un marco equivalente al PSD2, la adopción de medidas similares podría reducir significativamente el fraude. Implementar un estándar nacional de autenticación multifactorial, inspirado en la SCA, fortalecería la seguridad de las transacciones electrónicas y reduciría la vulnerabilidad del sistema frente a fraudes complejos.
Por otro lado, el enfoque europeo hacia la cooperación entre instituciones financieras podría ser una lección clave. La creación de plataformas de intercambio de datos sobre fraude, como las recomendadas por la EBA, permitiría a las instituciones estadounidenses compartir información sobre patrones de fraude y actores sospechosos. Esto facilitaría una respuesta más coordinada y eficaz frente a las amenazas emergentes.
Tecnologías emergentes para combatir el fraude bancario
La tecnología, aunque amplifica los riesgos de fraude, también ofrece soluciones esenciales para enfrentarlo de manera eficaz. Los avances actuales permiten a las instituciones financieras proteger mejor a sus clientes y fortalecer la seguridad de las transacciones, adaptándose constantemente a las amenazas emergentes.
A continuación, analizamos tres tecnologías clave que están transformando el sector:
3D Secure 2.0 (3DS2)
El 3D Secure 2.0 (3DS2) es una herramienta clave en este esfuerzo. Este sistema avanzado permite evaluar riesgos en tiempo real, asegurando que las transacciones de bajo riesgo se realicen sin fricción, mientras que las más sospechosas requieren autenticaciones adicionales. En Europa, su integración como parte de la SCA ha demostrado ser altamente efectiva en la reducción del fraude en pagos remotos con tarjetas, un modelo que puede ser replicado con éxito en otros mercados.
Tokenización
La tokenización añade otra capa crucial de seguridad al reemplazar los datos sensibles de las tarjetas con identificadores únicos o «tokens». Esto significa que, incluso si los datos son interceptados, no pueden ser reutilizados de manera fraudulenta. Este enfoque es particularmente útil en el comercio electrónico, donde el riesgo de fraude es mayor debido al predominio de transacciones sin presencia física de tarjeta.
Análisis de datos y ciberseguridad avanzada
Por último, el análisis de datos transaccionales y las soluciones avanzadas de ciberseguridad han revolucionado la forma de prevenir el fraude. El análisis en tiempo real de patrones de comportamiento permite identificar y comunicar actividades sospechosas antes de que causen daños.
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Además, nuestro sistema Critical Event Gateway asegura que los mensajes críticos lleguen de manera fiable y sin demora. Ya sean notificaciones de sospecha de fraude, autorizaciones mediante OTP u otras alertas importantes, este sistema garantiza respuestas rápidas por parte de los clientes, fortaleciendo su confianza y protegiendo de manera eficaz el ecosistema financiero.
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Categorías:Seguridad y cumplimiento