“Percibimos todavía en parte del mercado una sensación de cautela en su apuesta por los servicios financieros móviles, de alternativa en minúsculas, cuando en otros casos -y clientes- ya estamos viendo el rédito competitivo que están obteniendo, simplemente por la notoriedad con la que están tratando y premiando al canal”, según palabras de Oriol Ros, responsable de marketing del fabricante de software de infraestructura.
“Creemos que ese plus ya no es un tema de convicción tecnológica; se cree desmedidamente en la mayoría de casos en las ventajas competitivas que el canal aporta al banco, pero esa fe no alcanza a la corteza promocional de la casa, cuesta convencerse de invertir ya no tecnológicamente en robustas soluciones que permitan canalizar toda una estrategia de banca SMS, pero sí echamos en falta mayor inversión en la promoción de los servicios. Si los clientes no están al día de qué les ofrecen sus entidades la inversión tecnológica corre el riesgo de generar, a largo plazo, frustración por infrautilización”, apunta Ros.
“Lanzar una parrilla de servicios de banca SMS no es un tema de posicionamiento; es un tema de negocio y de eficiencia, de fidelización, y esto exige notoriedad en el servicio, luego conocimiento y uso del mismo. Más de dos terceras partes de las entidades de segmentos medios y medios –altos disponen de oferta de servicios sobre el canal móvil, pero no más del 10% de los clientes, en el mejor de los casos, son usuarios más o menos recurrentes”.
Para superar el estadio innovador propio de muchas de estas iniciativas es imprescindible un mayor esfuerzo dando a conocer los servicios y educar al cliente en el manejo de la tecnología. Una buena práctica de go-to-market a imitar es la popular Apple Store; que transfieran ese concepto a oficinas y call centers; esos recursos –humanos- son activos imprescindibles para hacer llegar el mensaje y la oferta de servicios financieros móviles a los clientes de la entidad. Deben actuar como vendedores del canal”, finalizó Ros.