“Los grandes bancos solo promocionan a incompetentes«. Va fuerte Nikolay Storonsky, CEO del neobanco @RevolutApp, aunque claro, cuando te levantas por la mañana y te sabes uno de los pocos unicornios europeos, pues igual te da por hablar sin pelos en la lengua. Seguimos con anatomía. Ponga el dedo, eche un ojo o dé la cara: oportunidades (y obstáculos) de la biométrica en la banca. Y del informe sobre el futuro del dinero nos quedamos con este quote, aunque van muchos más bullets de esos que nos van de perlas en los power points de charlas y presentaciones: el 76% de los millennials están buscando nuevas formas de banca (apunte; usted también puede hacer las cosas distintas ;-), sino, fíjense en @bbva, que esta semana ha enviado $90ml por #Blockchain en el primer préstamo (o de este importe) que se conoce vía esta tecnología.
Sucede (como muchas cosas en la vida) que hay más eventos hablando sobre alianzas entre bancos y #fintechs que partnerships reales, pero de vez en cuando alguien viene y nos cuenta su experiencia, en este caso el Banco Mercantil de Michigan y @abethebot, que no todo es verborrea. Como tampoco lo es lo que nos contó @BrettKing en el #saferpayments: en 2025 el 20% de las transacciones serán realizadas mediante asistentes por voz, ¡trabajo tienen los Alexas del mundo pues! Ya en 2018 en todo caso #Alexa nos ayuda a escoger tarjeta de crédito gracias a @NerdWallet. Seguimos con los #SmartSpeakers, ¿buena o mala idea enviar notificaciones push a estos altavoces inteligentes? ¿Qué nos gusta (y qué odiamos) de una App de #bancamóvil?.
¿Vibramos con Facebook? Este nuevo dispositivo permite a las personas “sentir” las palabras a través de un método parecido al de los sordo-mudos. Los usuarios pueden leer los mensajes gracias al sistema de vibraciones. ¿Cómo ha decidido mejorar la experiencia de cliente el aeropuerto de Cincinnati mediante notificaciones? Al cabo del año pasan por él 7 millones de pasajeros, y necesitaban tener información de cómo estaban los baños para así anticiparse a la limpieza. La solución… dar un smartwatch a los limpiadores y en cuanto llegaban a 150 usos, los relojes alertaban a los cuidadores para que fueran a higienizarlos.
