La transformación digital de la industria financiera ha obligado a los bancos a poner el foco en la ciberseguridad con el objetivo de minimizar los ataques a sus propias infraestructuras y cuidar de sus clientes frente al fraude digital.
Los defraudadores buscan constantemente diferentes maneras para sacar provecho del desconocimiento y el exceso de confianza de los usuarios para cometer sus ciberataques. Como resultado, cada año, el número de operaciones fraudulentas ha ido en aumento al mismo ritmo que crece la inversión del sector, así como los estudios y recomendaciones de los expertos para poner freno a este problema global.
La banca es el sector más afectado por el fraude digital
La pandemia impulsó la digitalización a gran escala e incorporó a usuarios sin experiencia previa en el uso de aplicaciones financieras y banca online. Esta situación provocó un incremento de las situaciones de riesgo, tal y como recogió la INTERPOL en un informe sobre los ciberataques durante la epidemia de COVID-19: “Muchas empresas y particulares no están velando porque sus ciber defensas estén actualizadas”, afirma Jürgen Stock, secretario general de INTERPOL.
Este organismo internacional anticipa también un cambio de tendencia de este fenómeno con graves implicaciones para el orden mundial: “La ciberdelincuencia ha puesto de manifiesto un cambio sustancial en los objetivos de los ataques, que antes eran particulares y pequeñas empresas y ahora tienden a ser grandes multinacionales, administraciones estatales e infraestructuras esenciales.”
Los fraudes digitales más comunes según el reporte de Appgate Fraud Beat 2022 están asociados con el phishing, robo de credenciales y ransomware. Uno de los sectores más afectados por este tipo de fraudes, es el financiero.
Ante este preocupante panorama, la urgencia del sector por prevenir y gestionar los riesgos digitales es evidente. “Los bancos deben establecer estrategias de protección contra el fraude digital, eliminar las amenazas y mejorar la comunicación con los clientes tanto a los asiduos como a los inexpertos que se han sumado a la transformación digital”, explica MªJosé Echevarría, Sales Regional Manager para Centroamérica de Latinia. “Los bancos tienen a su alcance potentes herramientas tecnológicas como el Motor de Reglas de Suscripción y Gateway de Latinia que ayudan a la banca a minimizar el riesgo contra los ataques de criminales cibernéticos y así brindar protección a sus clientes”, afirma.
10 puntos clave en materia de prevención del fraude digital en la banca
¿Qué otros aspectos deben tener en cuenta los bancos para abordar el complejo reto de la ciberseguridad bancaria? Empresas expertas en la gestión del riesgo digital aportan asesoramiento y recomendaciones a la banca. Lexis Nexis destaca en su informe 10 trends that will shape the fraud landscape in 2022 los puntos clave que los bancos deben considerar en materia de prevención del fraude digital:
- La transformación digital seguirá creciendo cada vez más, por lo tanto, los bancos deben preocuparse por formar a sus clientes en el manejo de sus datos digitales para evitar ciberataques.
- La automatización es un aliado para la experiencia de los usuarios, pero también es un arma de doble filo ya que facilita los ataques cibernéticos.
- La adopción de nuevos pagos y métodos digitales ofrecen el acceso rápido y la creación fácil de cuentas, pero aumentan el fraude con credenciales y pagos con tarjetas de créditos robadas.
- Aumento del riesgo de fraude en los pagos. El aumento de transacciones incrementa el fraude digital, ya que la concienciación sobre la seguridad de los datos no crece a la misma velocidad que las actividades digitales.
- La creciente prevalencia de las estafas, un reto mundial emergente debido a la dificultad de su detección.
- El constante desafío entre oportunidad y riesgo es cada vez más difícil de equilibrar ante los numerosos canales de interacción con los clientes.
- El fraude de identidad sintética es uno de los tipos de robo de identidad más difíciles de detectar porque no hay una persona real que pueda reportar el fraude.
- Desde la pandemia se registró mayor cantidad de consumidores en los canales digitales provocando un aumento de volúmenes de ataques, así como un incremento de los costos.
- Necesidad creciente de una evaluación del fraude a varios niveles.
- Mayor necesidad de evaluar los riesgos en tiempo real. El crecimiento en las actividades en línea exige una solución ante los fraudes que permita verificar atributos de identidad y transacciones en tiempo real.