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Canal push estratégico con Latinia

LOS 7 PILARES DEL CANAL PUSH EN LA BANCA

Cómo Latinia convierte el push en un canal estratégico para el sector

Canal push estratégico con Latinia

Según McKinsey, cerca del 73 % de las interacciones entre bancos y clientes ya tiene lugar a través de canales digitales.

En la banca actual, las notificaciones ya no son simples respuestas operativas: representan una extensión directa de la promesa de marca del banco. Seguridad, cumplimiento y experiencia del cliente convergen en un mismo punto: la gobernanza del canal.

Cada notificación, alerta o aviso que aparece en el móvil de un usuario se ha convertido en una pieza tangible de confianza en movimiento.

Pero, ¿quién gobierna esa comunicación?¿Cómo garantiza una entidad que cada notificación —desde una alerta de fraude hasta un aviso de pago— sea segura, verificable y conforme a las normas que rigen su operativa digital?

De canal a capa estratégica: la gobernanza como nuevo estándar

En la arquitectura moderna de notificaciones bancarias, la gestión ya no se limita al envío: exige una capa de gobernanza interna que decide, controla y supervisa el ciclo completo de cada alerta, desde su generación hasta su entrega y registro. Latinia opera como esa capa de gobernanza interna que sucede antes, durante y después de la entrega final a los proveedores de canal.

Este modelo —basado en control previo, entrega supervisada y auditoría posterior— se alinea con marcos regulatorios que exigen a las entidades financieras reforzar la resiliencia digital, la trazabilidad y la seguridad operativa.

¿Cómo superamos las limitaciones propias del canal push?

El canal push se ha convertido en una pieza esencial dentro del ecosistema de notificaciones bancarias. Su inmediatez y coste cero lo hacen idóneo para comunicar eventos transaccionales en tiempo real. Sin embargo, en su forma más básica sigue siendo un canal efímero, sin persistencia ni trazabilidad verificable. En la banca, donde cada evento puede tener implicaciones regulatorias o de confianza, esta limitación lo vuelve insuficiente por sí solo. 

Por ello, desde Latinia evolucionamos el push hacia un canal bancario con identidad propia, gobernado, auditable y seguro, transformándolo en un canal crítico capaz de ofrecer persistencia, evidencia legal y control completo sobre cada notificación. Así, el aviso deja de ser efímero para convertirse en una interacción trazable y confiable, integrada plenamente en la arquitectura digital del banco. 

En el transcurso de los 7 pilares que vienen a continuación, explicaremos cómo aprovechar todo el potencial que tiene este canal, y no solo cómo superar sus limitaciones sino cómo convertir esas limitaciones en ventaja competitiva para el banco. 

El push bancario gestionado por Latinia adquiere todas las capacidades de especialización del sector y lo convierte en un canal verdaderamente diseñado para la banca.

Algunos bancos ya están avanzando en esta dirección.

OCBC Bank (Singapur), por ejemplo, anunció que dejaría de usar el SMS como canal predeterminado para notificar operaciones bancarias, migrando a notificaciones push gestionadas íntegramente dentro de su app móvil. Con ello, la entidad no solo gana inmediatez, sino también mayor control interno sobre la comunicación, reduciendo su dependencia de terceros y reforzando la gobernanza y la seguridad del canal.

En otros mercados, Axis Bank (India) implementó notificaciones push contextuales en tiempo real, integradas con WhatsApp y correo electrónico mediante inteligencia artificial. Aunque el banco no utiliza el término “capa de gobernanza”, su estrategia multicanal refleja una orquestación avanzada del canal push, basada en control, contexto y decisión inteligente.

Estos ejemplos ilustran una tendencia global: la comunicación bancaria deja de ser un flujo unidireccional para convertirse en una arquitectura gobernada, auditable y resiliente, donde cada notificación crítica se procesa de forma individual, con baja latencia, trazabilidad completa y seguridad end-to-end.

Una capa que no solo mejora la eficiencia operativa, sino que eleva el estándar de confianza digital y refuerza la relación entre el banco y sus clientes.

Los 7 pilares del canal push bancario

Tras más de dos décadas de especialización colaborando con entidades financieras en Europa y Latinoamérica, hemos elaborado una síntesis de los siete pilares imprescindibles que elevan el canal push a una pieza clave de la comunicación bancaria moderna, gracias a la capa de gestión y gobernanza que le otorga Latinia.

1. Optimización de costos: eficiencia a costo cero

En cualquier arquitectura de notificaciones bancarias, la eficiencia económica depende del equilibrio entre canales de alto costo y canales digitales propios.

Entre los canales más económicos, se encuentra el canal push que combina visibilidad inmediata, control interno y coste operativo nulo, lo que lo convierte en el medio más eficiente dentro del ecosistema digital del banco. Es el único canal digital de costo cero.

En este contexto, el SMS sigue siendo un canal universal y confiable, pero su costo por mensaje se multiplica cuando se trata de operaciones masivas. Otros canales como email, WhatsApp o RCS ofrecen distintas ventajas en alcance o formato, aunque también implican costos variables o dependencia de terceros.

En promedio, una entidad que envía 40 millones de notificaciones mensuales puede ahorrar más de 6 millones de dólares al año al sustituir el SMS (0,025 USD por mensaje) por notificaciones push.

En nuestra experiencia, entidades que operan bajo nuestro paraguas push han logrado reducciones significativas de costos operativos, sin comprometer la seguridad, la trazabilidad ni el cumplimiento regulatorio.

A medida que la digitalización avanza, este ahorro se amplifica porque más clientes del banco están digitalizados: cada cliente que migra al push reduce el uso de canales externos y fortalece un modelo más sostenible. Así, el push se convierte en un motor directo de eficiencia financiera, y por ello desde Latinia, consideramos imprescindible para cualquier entidad financiera adoptar el push como canal prioritario para todo tipo de notificaciones.

2. Adopción automática: reducir fricción, acelerar impacto

Antes de adoptar un nuevo canal, todo banco se formula las mismas preguntas:

¿Será necesario modificar los sistemas core?
¿Hasta qué punto afectará a las integraciones ya desplegadas?
¿Podrá coexistir con las aplicaciones que hoy generan millones de mensajes diarios sin interrumpir su operación?

Estos interrogantes no son menores: la adopción suele ser el punto que determina la viabilidad real de cualquier proyecto de comunicación digital.

Latinia ha concebido su solución push pensando precisamente en una adopción inmediata y sin impacto alguno en los sistemas que generan las notificaciones del banco. Nuestra solución permite redirigir los flujos de notificación existentes hacia el canal push sin reescribir código ni alterar las integraciones actuales del banco. El resultado es una migración inmediata, sin impacto en los sistemas emisores ni en la experiencia del cliente final. En otras palabras, pasamos de la complejidad de un proyecto tecnológico a la facilidad de adoptar una funcionalidad de Latinia.

Si un banco ya está enviando sus notificaciones SMS a través de Latinia, en el momento en que éste adopte el canal push como prioritario, va a poder servirse de una lógica que cuando detecte una notificación, automáticamente la envíe por el canal push. Porque se aprovechan esos mismos flujos de notificación, para redirigir el tráfico hacia un nuevo canal, sin modificar los componentes core bancarios que los originan.

Latinia dota así al banco de esta capacidad estratégica, reduciendo el time-to-market y acelerando la adopción digital del canal.

3. Seguridad: soberanía total sobre la notificación

La seguridad es el punto neurálgico de cualquier comunicación bancaria.

De forma nativa, las notificaciones push viajan a través de infraestructuras de terceros —Apple, Google o Huawei—, lo que añade una dependencia difícil de ignorar en materia de confidencialidad y trazabilidad.

Medios como Wired (The Privacy Danger Lurking in Push Notifications) y Tom’s Guide (Apple and Google confirm governments could be spying on your push notifications) han alertado sobre esta realidad: los sistemas operativos pueden estar obligados a compartir metadatos de notificaciones con gobiernos o terceros, revelando información sobre hábitos de uso, ubicaciones o patrones de comportamiento. Aunque estas prácticas se dan en contextos muy específicos, ilustran una vulnerabilidad estructural: el banco no tiene soberanía total sobre la notificación.

En un entorno financiero regulado —donde cada alerta puede tener implicaciones legales, operativas o reputacionales—, delegar la custodia de las notificaciones a proveedores externos compromete la soberanía del canal.

Por ello, Latinia devuelve al banco el control total mediante el Inbox bancario, un espacio seguro dentro de su propia aplicación donde las notificaciones persisten bajo las mismas políticas de protección, cifrado y auditoría que los sistemas core de la entidad.

Este enfoque garantiza soberanía completa, trazabilidad y confidencialidad de extremo a extremo, eliminando vectores de fraude y exposición a redes externas. Más que un refuerzo técnico, representa una nueva forma de entender la confianza: las notificaciones bancarias solo son seguras cuando están bajo control del propio banco.

4. Trazabilidad y evidencia legal: cada notificación deja huella

En la banca digital, lo que no se puede rastrear, no se puede confiar.

La trazabilidad no es un simple registro técnico: es la memoria operativa del canal, la evidencia de que cada alerta fue generada, procesada y entregada bajo las reglas del propio banco.

En el canal push de Latinia, la trazabilidad significa poder registrar, interpretar y acreditar todo el ciclo de vida de una notificación, desde su origen hasta la interacción final del cliente. Gracias al modelo de custodia en el Inbox, el banco conserva una visión completa y verificable de cada evento, con control total sobre su comportamiento.

A diferencia de los servicios push nativos —Firebase, APNs o Huawei—, que apenas confirman el envío, Latinia ofrece observabilidad total y registros auditables, cumpliendo con los estándares más exigentes del sector financiero. La trazabilidad deja así de ser una métrica técnica para convertirse en un pilar de cumplimiento regulatorio, control interno y confianza digital. 

En Latinia desarrollamos el Exportador de Históricos Externo, un componente diseñado para extraer, custodiar y compartir de forma segura todos los registros del canal, integrándolos directamente en los sistemas de compliance y auditoría del banco.

Porque en la banca moderna, la confianza no se promete: se demuestra.

5. Continuidad del servicio: resiliencia más allá del canal

La seguridad y la trazabilidad pierden sentido si una notificación crítica no llega.

En Latinia, el Inbox no solo actúa como espacio de custodia y soberanía, sino también como centro de continuidad operativa: ya que ofrece la posibilidad de conocer los estados de cada notificación, permitiendo detectar fallos, gestionar reintentos y activar rutas alternativas cuando un canal o proveedor no responde.

Esta capacidad se materializa en la Derivación de Canal, una de las funcionalidades que permiten la Resiliencia Operativa en el sistema de comunicaciones del banco, y que garantizan la entrega incluso en escenarios de fallo. Si la notificación push no se confirma, el sistema puede redirigir automáticamente el evento a otro canal activo —SMS, correo electrónico o WhatsApp—, preservando la inmediatez y la trazabilidad.

Según el Basel Committee on Banking Supervision (recogido por Reuters, julio 2024), los bancos deben “mantener la capacidad de ofrecer operaciones críticas incluso durante una interrupción, especialmente cuando intervienen proveedores externos”.

En un entorno donde los bancos dependen de múltiples proveedores de canal, la capa de inteligencia evita la pérdida de control operativo. Latinia actúa como una capa de gobernanza resiliente, supervisando la entrega de extremo a extremo y manteniendo la coherencia del mensaje, independientemente de quién ejecute la última milla.

6. Interacción: del aviso a la acción

¿De qué sirve una notificación si no se puede actuar sobre ella? En la banca, donde segundos pueden marcar la diferencia entre una transacción segura o un intento de fraude, la interacción lo cambia todo.

El canal push permite algo que otros canales no siempre consiguen: pasar del aviso a la acción inmediata. Con Latinia, esa interacción sucede sin salir del entorno seguro del banco. El cliente puede bloquear una tarjeta, autorizar un pago o validar un movimiento con un solo toque.

La notificación deja de ser un simple mensaje para convertirse en una mini-interfaz bancaria, diseñada para resolver lo que antes requería pasos adicionales o incluso una llamada al centro de atención.

Y cuando la interacción necesita algo más que una respuesta rápida, como puede ser un intento de fraude, entra en juego nuestra funcionalidad del Push Journey: recorridos guiados que acompañan al cliente paso a paso, con trazabilidad completa. Lo más interesante de esta funcionalidad es que para llevarla a cabo y generar recorridos de conversación entre banco-cliente, no se requiere de los equipos técnicos, lo cual brinda total autonomía a las áreas de negocio del banco para gestionar sus acciones de comunicación, reduciendo el time-to-market y mejorando la experiencia de uso interna.

Y es precisamente en esta capacidad de actuar donde empieza la siguiente frontera del canal push: personalizar cada interacción. Porque no todas las alertas requieren la misma respuesta, ni todos los clientes reaccionan igual. La interacción es el punto de partida para construir experiencias cada vez más inteligentes y relevantes.

7. Hiperpersonalización: cuando cada notificación importa

En la evolución del canal push, la última frontera no es tecnológica, sino emocional. Después de garantizar seguridad, trazabilidad y acción, llega el momento de dar sentido a cada mensaje. Porque en la relación entre un banco y su cliente, la diferencia no la marca la frecuencia, sino la relevancia.

La hiperpersonalización convierte la notificación en una extensión de la experiencia del cliente.
Ya no se trata de enviar una notificación, sino de hablar en el tono, el momento y el contexto adecuados. Cada push puede transmitir seguridad —una alerta que llega justo cuando algo parece extraño—, conveniencia —una opción para resolver un pago con un solo toque— o cercanía —un mensaje que celebra un logro o una fecha especial.

En este sentido, la hiperpersonalización en Latinia no depende de integraciones externas ni de desarrollos ad hoc. Se sustenta en plantillas dinámicas, configurables directamente por las áreas de negocio, que permiten modificar contenido, estructura o diseño sin intervención técnica.

Estas plantillas pueden incorporar variables del evento o del cliente, funciones condicionales y reglas de formato que ajustan automáticamente el mensaje según el contexto —por ejemplo, el tipo de operación, la hora o el canal preferido del usuario—. De esta forma, el banco puede mantener coherencia visual y precisión informativa en todos los envíos.

Además, el modelo distingue entre contenido público y privado, permitiendo adaptar la información sensible al nivel de autenticación del usuario o al perímetro de seguridad correspondiente. El resultado es un canal que mantiene su eficiencia técnica sin perder capacidad de adaptación.

En definitiva, la hiperpersonalización deja de ser un concepto abstracto para convertirse en un mecanismo operativo de control y eficiencia, que permite al banco ajustar su comunicación en tiempo real, con independencia tecnológica y plena gobernanza sobre el mensaje.

El resultado es un canal que no interrumpe, sino que acompaña; que no habla a todos, sino a cada uno. Porque en la banca digital, la relevancia es la nueva forma de cercanía, y cada notificación que llega en el momento justo refuerza algo más profundo que la información: refuerza la confianza.

Conclusión: del envío al gobierno de la comunicación

Explicar los siete pilares del canal push no es un ejercicio teórico. Nace de una necesidad real: ejemplificar el valor estratégico de un canal que ha pasado de ser operativo a ser estructural dentro de la comunicación bancaria.

Cada notificación —desde una alerta de fraude hasta una confirmación de pago— exige hoy control, trazabilidad y coherencia. No basta con enviarla: hay que gobernarla.

Una canal que, con Latinia:

  • Aporta control operativo sobre todo el ciclo de vida de la notificación
  • Facilita la adopción sin fricción, sin alterar los sistemas ni las integraciones existentes
  • Garantiza soberanía y seguridad sobre los datos y contenidos del canal
  • Documenta cada evento con trazabilidad completa y evidencia verificable
  • Asegura continuidad y resiliencia, incluso ante fallos o interrupciones de proveedores
  • Habilita la interacción inmediata entre banco y cliente, dentro del entorno seguro del banco
  • Permite ajustar y personalizar el mensaje en tiempo real, mediante plantillas dinámicas que mantienen coherencia visual, normativa y de marca

El valor del push no está en el mensaje que se envía, sino en todo lo que lo sostiene: la inteligencia que decide, la arquitectura que protege y la evidencia que acredita.

El canal deja de ser un medio de entrega para convertirse en una infraestructura de confianza: viva, auditable y resiliente.

Porque en la comunicación bancaria, gobernar es proteger.

Y ese ha sido nuestro propósito: dar a los bancos el control total sobre lo que más importa —la confianza de sus clientes.

Categorías:Casos de estudio, Experiencia de cliente, Información del cliente

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